A raíz de la pandemia, la educación socioemocional se transformó en una prioridad para la gran mayoría de los establecimientos. En ese contexto, el Liceo Nacional Bicentenario de Excelencia desarrolló una iniciativa llamada “Proyecto de Aprendizaje Socioemocional (ASE)”, que busca responder a las necesidades de salud mental de la comunidad educativa. A continuación, te invitamos a conocer este liceo que ingresó a la Red de Escuelas Líderes en noviembre de este año.
El Liceo Nacional Bicentenario de Excelencia es un establecimiento ubicado en la comuna de San Bernardo, con dependencia municipal administrado por la Corporación de Educación y Salud, que tiene una modalidad científica-humanista diurna desde séptimo básico hasta cuarto medio. Su matrícula es de 514 estudiantes, con un índice de vulnerabilidad escolar de 75%.
De acuerdo con lo mencionado por Yoice Orellana, directora del liceo, el proyecto de Aprendizaje Socioemocional (ASE), surgió en pandemia para responder a problemas de salud mental de toda la comunidad, lo que derivó en la creación de un programa que institucionalizó el aprendizaje socioemocional. El objetivo es desarrollar competencias socioemocionales individuales y grupales que favorezcan el bienestar, la convivencia, el clima escolar e impacten en la calidad de los aprendizajes, para que las y los estudiantes se apropien de las herramientas emocionales, valóricas, cognitivas y sociales.
Álvaro Salinas, orientador, participó en el diseño e implementación del programa. Para él la implicancia de este proyecto es comprender que “la educación se pone al servicio de las necesidades de las y los estudiantes, en nuestro caso adolescentes. Y lo que buscamos es que tengan las habilidades suficientes para llevar el control de sus vidas, la dirección del camino que quieren para su futuro. Otro punto importante es la pertenencia, cuál es el lugar donde quieren llegar, crecer y desarrollarse y cuál va a ser su posición frente a la sociedad”.
Por otra parte, Leyla Miranda, encargada de convivencia y acompañamiento a docentes, enfatiza en la relevancia de la figura del profesor/a jefe, como el primer/a orientador/a que acompaña a las y los estudiantes de forma permanente. “Son quienes implementan las planificaciones que trabajamos desde el equipo de convivencia, las cuales analizamos en equipo. También, observan in situ tanto lo cualitativo como lo cuantitativo, con el propósito de una mejora continua para construir mejores espacios dentro de los contextos educativos, para que las y los estudiantes reflejen el desarrollo de sus herramientas y competencias dentro de la sociedad”.
El profesor de Historia Lorenzo Montecinos, destaca la integralidad de esta iniciativa, y “el anclaje, la seguridad, la autoconcepción y el sentirse grato/a en el aula, eso es lo que busca el programa: rescatar, incentivar, fomentar e institucionalizar la educación socioemocional”, sostiene.
La iniciativa ASE está basada en el programa CASEL, lo que le da un sustento teórico y una base firma para su implementación, destaca Daniela Elgueta, psicóloga del establecimiento. “Primero comenzamos con rutas de aprendizaje socioemocional, las que comenzaron el 2021 de forma virtual. Cada fin de año evaluamos los resultados y hacemos ajustes para mejorar el año siguiente”, indica la profesional.
Desde las aulas, las estudiantes Sofía Neira y Valentina Toro, ambas del 1° medio A, confían y valoran este nuevo sello que se integra al liceo. Este viene a reformular el Proyecto Educativo Institucional (PEI), con una hora dentro del currículum que está con resolución provincial y dentro de las horas de libre disposición.
Sofía considera que “es fundamental ampliar el tema de la salud mental porque si esta no funciona, no funciona nada. Tenemos el espacio para expresar nuestros sentimientos y atrevernos a hablar, ya que en el liceo son muy apañadores. Además, estudiantes que no tienen posibilidades de acceder a un psicólogo pueden hacerlo de forma gratuita en el liceo”. Asimismo, Valentina comenta que “salir de la casilla de lo académico y que se tome en cuenta nuestra salud mental es algo que no tuvieron las generaciones pasadas. Hoy agradecemos eso”.
La directora, Yoice Orellana, concluye que este proyecto se ha transformado en una válvula de escape para estudiantes que se encuentran en un liceo de alto rendimiento, y que actualmente se sienten más escuchados, fortaleciéndose toda la comunidad.
Somos seres integrales y la educación está centrada en lo académico. Hace un par de años se abrió el tema de la necesidad de la educación socioemocional y en nuestro caso son todos los profesionales del establecimiento quienes colaboran con el equipo de convivencia y se benefician de su aplicación.
Lo más integrador de este programa es incluir la emocionalidad de las y los estudiantes, lo cual tiene que ver con una necesidad básica de las y los seres humanos, que seamos capaces de ver no solo lo cognitivo, sino también la emoción.
