Big Data: el desafío de interpretar datos para tomar mejores decisiones

Competencias para el siglo XXI

El análisis de big data, es una herramienta que las escuelas podrían incorporar para desarrollar una importante competencia del siglo XXI, llamada Uso de la Información. A través de su conocimiento, niños y niñas son capaces de tomar decisiones correctas considerando su entorno.

Estudiantes en la Olimpiada de Big Data
Estudiantes en la Olimpiada de Big Data.

La adopción de Internet y las nuevas tecnologías han permitido que nuestra sociedad cuente con un volumen casi ilimitado de datos variados que se adquieren a una velocidad rápida y continua. María Elena Meneses Rocha, experta mexicana en cultura digital, definió esto como big data, y lo tradujo al español como grandes cantidades de datos.

¿Pero para qué nos sirve tener tantos datos? Tricia Wang, etnógrafa tecnológica global presente en el Congreso Futuro 2019, describe al big data como el nuevo oráculo. Afirma que si los seres humanos interpretamos correctamente la información, es decir, la conectamos con emociones e historias, podríamos tomar las mejores decisiones en diversos ámbitos.

Dada la importancia del tema, en octubre de 2018 el Núcleo Milenio Centro para el Descubrimiento de Estructuras en Datos Complejos (MiDaS), albergado en la Facultad de Matemáticas de la UC, lanzó la Olimpiada Big Data, primera competencia escolar a nivel nacional en análisis de datos, orientada a estudiantes de segundo y tercero medio.

Competencias para el siglo XXI

Uno de los establecimientos finalistas fue el Liceo 7 de Providencia. En base a esta experiencia, Franz Naeter, profesor del equipo, sostiene que la introducción de big data en las escuelas podría ser una herramienta muy interesante a la hora de potenciar el trabajo interdisciplinario en los establecimientos de nuestro país, ya que se utilizan las habilidades curriculares propuestas en distintas asignaturas.

Detalla que la olimpiada incentivó en sus alumnas el pensamiento científico, porque debían comprender, analizar y afrontar situaciones, proponiendo una respuesta en base a la observación, experimentación y análisis crítico de los resultados. Por todo lo anterior, el docente plantea que “es esencial avanzar desde el cálculo e interpretación de valores al análisis y entendimiento de situaciones multivariantes, ocupando los mismos contenidos de estadística descriptiva presente en los planes y programas, pero enfocados a actividades significativas que generen el desarrollo de competencias”.

Algunos investigadores de la educación definen que la alfabetización en pensamiento científico es clave para adquirir competencias del siglo XXI como el Uso de la Información. Marilyn Binkley, Ola Erstad, y Joan Herman, puntualizan que esta competencia permite entender en qué consiste la recopilación y procesamiento de datos, y posibilita el logro de habilidades como: distinguir entre la información relevante de la irrelevante y/o subjetiva y objetiva; y usar diferentes recursos (tablas, gráficos, mapas, etc.) para producir, presentar o entender información compleja.

El Uso de la Información también gatilla actitudes en los estudiantes. Si quieres conocer cuáles son, te invitamos a pinchar aquí. ¡Podrás acceder a una sugerencia de actividad para ejercitar la alfabetización en información!

La olimpiada

En la competencia participaron más de 50 establecimientos, que concursaron con equipos compuestos por un profesor y cuatro alumnos. Además del Liceo 7 de Providencia, avanzaron a la última etapa el Colegio Adventista de Concepción, el Colegio Santa Familia, The International Preparatory School, el Centro Educacional San Andrés, y el Instituto Alonso de Ercilla.

Estos equipos fueron entrenados durante una semana en técnicas para la descripción y visualización de datos, y sobre el programa estadístico R. Luego, concursaron en un desafío final, que consistió en el análisis de una base de datos que simulaba una real, para que extrajeran información de ella y con esto respondieran algunas preguntas que les fueron planteadas.

La base incluía datos de unidades de videojuegos vendidas hasta diciembre de 2018, y algunas variables asociadas al género del videojuego (como acción, aventura, deporte y estrategia); la clasificación (adultos, niños, etc.); la puntuación otorgada por expertos; la puntuación entregada por jugadores, y las cantidades de venta en las regiones del mundo.

“Es importante para la cultura cívica de un país que las personas tengan un conocimiento que les permita saber cómo interpretar los datos. La toma de decisiones en políticas públicas se tiene que basar en datos; pero los datos, por sí mismos, no entregan nada: son un grupo de números, caracteres o bits. Se requieren herramientas estadísticas para poder entenderlos correctamente y extraer la información relevante”, concluye Alejandro Jara, director del Núcleo MiDaS.

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