En un mundo global e hiperconectado, caracterizado por el cambio continuo y acelerado, es clave que escuelas, liceos y los actores de la comunidad educativa, vean esta evolución como una oportunidad que permita combinar, de manera reflexiva e informada, prácticas y formas de hacer las cosas que den resultado. El modo más efectivo de hacerlo, es utilizando nuevas metodologías y aplicando habilidades que conecten y aborden las demandas del futuro.
Esta nueva realidad requiere de profesores y líderes educativos capaces de actualizar constantemente sus conocimientos, desarrollando sus propias habilidades profesionales y personales. Ya no se trata de adquirir conocimientos definitivos, sino de prepararse a lo largo de la vida, para un saber en constante movimiento. Hoy, tu propio desarrollo y crecimiento profesional, es fundamental para el futuro de nuestras niñas, niños y jóvenes. ¡Tu rol es trascendental en la transformación para una educación del siglo XXI!
“Si crees totalmente en ti mismo, no habrá nada que esté fuera de tus posibilidades”.
-Wayne Dyer-
El desarrollo profesional a lo largo de la vida
Probablemente nunca, como hasta ahora, había sido tan evidente que aprender no es algo circunscrito a un momento de nuestra vida, ni a una edad determinada, ni a un lugar concreto. La sociedad actual requiere de un aprendizaje continuo, de reaprender y aprender de forma constante, a través de diversas fuentes, experiencias e individuos. De acuerdo con Blas Bermejo, elementos como la información, finalidad, tiempo y espacio están afectando el desarrollo profesional.
Con respecto a la información, el autor señala que los conocimientos adquiridos en una etapa de la vida quedan muy pronto obsoletos, lo que exige una actualización permanente del saber. En relación a la finalidad, indica que el objetivo de la educación no consiste solamente en preparar para la vida adulta y el mundo del trabajo, sino también aprender a vivir juntos, y sobre todo, aprender a ser, meta siempre inacabada en la formación humana.
En cuanto al tiempo, Bermejo explica que la división tradicional de la existencia en periodos separados (infancia, juventud, edad adulta y jubilación), ha quedado superada, y que cada uno tiene tiempos y ritmos de aprendizaje diferentes, los cuales hay que respetar. Por último, acerca del espacio, afirma que limitarse a un lugar específico para aprender, ha quedado superado por las nuevas tecnologías, que propician el aprendizaje allí donde el sujeto considere más oportuno.
Por todo lo anterior, en el transcurso de esta segunda década del siglo XXI, aprender a aprender, a lo largo y para la vida, se ha convertido en la gran competencia a adquirir para enfrentar el futuro. La buena noticia viene a la luz de los avances de la neurociencia: sabemos que el cerebro posee una plasticidad que nos acompaña desde la niñez hasta la adultez, por tanto podemos aprender a lo largo de toda nuestra existencia.
Mentalidades de crecimiento y beneficio
Las creencias sobre nuestra propia inteligencia y habilidades influyen en nuestra capacidad de aprender y crecer. Para Carol Dweck, la mentalidad de las personas puede ser clasificada en dos tipos: mentalidad fija y mentalidad de crecimiento. Una mentalidad fija, conduce a una capacidad reducida para el aprendizaje, y supone que las habilidades básicas, inteligencia y talento, son rasgos de la personalidad, o propios de una capacidad innata.
Por el contrario, una mentalidad de crecimiento, ofrece un camino para alcanzar niveles más altos de potencial humano. Se basa en el talento como punto inicial, sosteniendo que el conocimiento y habilidad se pueden desarrollar de manera constante, a través del esfuerzo. La mentalidad que decidimos adoptar para nosotros mismos determina profundamente nuestra capacidad para aprender y tener éxito.
Cuando nos define la mentalidad de crecimiento, confiamos en que el talento puede mejorar y desarrollarse siempre. Así, de despierta el propio potencial mediante el trabajo, la constancia y la innovación para alcanzar no sólo el éxito, sino el bienestar individual y colectivo. Cuando logramos esto último, la mentalidad del crecimiento pasa a ser una mentalidad de beneficio que, según Ash Buchanan, nos convierten en líderes del cotidiano.
“La mentalidad de crecimiento se basa en la creencia de que, con esfuerzo, podemos aprender y crecer. La mentalidad del beneficio va un paso más allá. Se basa en la creencia de que, con esfuerzo, podemos utilizar lo que hemos aprendido para influir de manera significativa y positiva en la vida de otras personas. Podemos tomar decisiones que saquen lo mejor de otras personas y hagan del mundo un lugar mejor. Al hacerlo, nos convertimos en líderes cotidianos: personas que, conscientemente, eligen ser una fuerza positiva en nuestro mundo”, asevera Buchanan.
Nuestra propuesta
En educarchile contamos con una oferta formativa variada y flexible que está en sintonía con las mentalidades de crecimiento y beneficio. Pensando en tu desarrollo profesional continuo y permanente, aquí podrás encontrar cursos de autoaprendizaje en línea, entrevistas educativas y artículos de tendencia y actualidad, que te apoyarán e inspirarán en la generación de redes de aprendizaje y en la actualización de conocimientos y habilidades para la educación del siglo XXI.
Te proponemos gestionar tu aprendizaje de manera autónoma, conociendo estrategias, evidencia científica, experiencias prácticas, empleando nuevas herramientas y metodologías de vanguardia, participando de comunidades de aprendizaje para que juntos, podamos lograr el desafío y la promesa del aprendizaje inclusivo para todos los estudiantes.
Y en un mundo donde las tecnologías son protagonistas, tomamos las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), como una oportunidad privilegiada para llegar a más personas y lugares, ayudarte a conectar con tus pares de todo el país, disminuyendo así la sensación de aislamiento, aumentando la colaboración para la conformación de redes.
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