Luego de su participación en el Congreso de Educación Inicial, Innovación, Creatividad y Juego en Primera Infancia y Educación Inicial, organizado por Fundación Educacional Seminarium, conversamos con este investigador de la Universidad de Harvard, quien nos entregó su visión sobre cómo las escuelas pueden desarrollar la creatividad, una habilidad clave para el siglo XXI.
Edward P. Clapp es investigador principal de Project Zero, un centro de investigación de la Universidad de Harvard, cuyo objetivo es entender y mejorar la educación. En su trabajo, se interesa por explorar la creatividad e innovación, el aprendizaje a través del diseño y creación, ahondar en diversos enfoques contemporáneos en el proceso de enseñanza-aprendizaje de las artes, y profundizar en la diversidad, equidad e inclusión en educación.
Este profesor también es autor de interesantes libros, siendo los más recientes Creatividad Participativa: Introducción al Acceso y equidad en el aula creativa (Routledge, 2016), y Aprendizaje Centrado en el Creador: Empoderar a los jóvenes para dar forma a sus mundos (con Jessica Ross, Jennifer Oxman Ryan y Shari Tishman, Jossey-Bass, 2016).
En mayo, fue uno de los relatores invitados al Congreso de Educación Inicial, Innovación, Creatividad y Juego en Primera Infancia y Educación Inicial, organizado por Fundación Educacional Seminarium, instancia que aprovechamos para conversar con este experto, y así darte a conocer sus reflexiones sobre cómo los establecimientos educacionales pueden desarrollar la creatividad, una habilidad fundamental para desenvolverse con éxito en el siglo XXI.
Aulas creativas
- Edward, ¿cómo definirías el concepto de creatividad?
Formalmente, defino la creatividad como un proceso distribuido y participativo que incorpora las contribuciones de diversos actores en el desarrollo de ideas creativas a lo largo del tiempo. Desde mi perspectiva, los individuos no son creativos, las ideas son creativas. Algunos de los aspectos clave de la creatividad desde esta perspectiva son que los jóvenes y los adultos participan en la creatividad de diversas maneras, y que cada persona involucrada en el proceso creativo desempeña una serie de roles diferentes. En síntesis, creo que las ideas son creativas y que las personas participan en el desarrollo de ideas creativas de diversas maneras.
- ¿Cómo podemos hacer un aula creativa?
¡Es bueno preguntar cómo se ve en la práctica un aula creativa! Dicho esto, no hay una sola manera de establecer un aula creativa. Las aulas creativas toman muchas formas diferentes y, en última instancia, son dinámicas y cambian constantemente para satisfacer las necesidades del trabajo en cuestión. Las señales de que estamos frente a un aula creativa pueden ser comparables a cualquier entorno de aprendizaje activo donde hay muchas herramientas y materiales que son fácilmente accesibles y diferentes disposiciones para que los estudiantes trabajen. En este sentido, no es necesario que las herramientas o materiales sean lujosos para que la creatividad tenga lugar. Incluso con la cantidad mínima de recursos, se pueden desarrollar ideas creativas.
El rol del profesor
- ¿Qué puede hacer un profesor en la sala para que todos sus estudiantes sientan que pueden ser creativos?
Los profesores pueden hacer tres cosas para apoyar la creatividad en el aula: enfatizar el desarrollo ideas creativas sobre el desarrollo de productos finales; establecer un ambiente donde todos los estudiantes puedan participar en la creatividad de maneras que sean específicas a sus talentos individuales, habilidades, experiencias previas y perspectivas culturales; y utilizar un lenguaje que celebre la naturaleza participativa y distribuida de la creatividad en lugar de un lenguaje que posicione la creatividad como una capacidad individual que algunos estudiantes tienen y otros no.
- ¿Es posible evaluar la creatividad?
Cuando me preguntan sobre si es posible evaluar la creatividad, me pregunto inmediatamente ¿Por qué querrías evaluar la creatividad? Por lo general, la respuesta a esa pregunta es ver si los estudiantes son más o menos creativos. Pero creo que es un esfuerzo peligroso. Si establecemos estrategias de evaluación que nos inclinen a considerar que algunos estudiantes son más creativos que otros, también corremos el riesgo de determinar que algunos estudiantes son creativos, y algunos estudiantes no lo son. Y eso es algo terrible de hacer. Medir la creatividad, especialmente desde una perspectiva individual, es un esfuerzo peligroso. En cambio, creo que es más importante seguir estrategias para hacer visible la creatividad y para contar la historia del desarrollo de ideas creativas a lo largo del tiempo. Si hacemos eso, entonces podemos determinar cómo los estudiantes participan en la creatividad de una multitud de maneras que son igualmente valiosas, en lugar de averiguar qué estudiante es más creativo que el otro.
