En el marco del Seminario Internacional de Investigaciones sobre Arte y Educación, organizado por la Universidad de Chile en la Semana de la Educación Artística 2019, la académica de la UTEM conversó con educarchile sobre la importancia de incorporar en el aula el sentido del tacto, para lograr aprendizajes significativos en estudiantes con ceguera así como en aquellos que no presentan discapacidad visual.
María del Pilar Correa, doctora en Investigación en Diseño, es académica del Centro de Cartografía Táctil (CECAT) de la Facultada de Humanidades y Tecnologías de la Comunicación Social de la Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM). Desde esta institución, ha participado en la elaboración de atlas, textos escolares y material de inclusión en general, distribuidos gratuitamente por el Ministerio de Educación a los establecimientos del país, en donde se utilizan representaciones cartográficas tridimensionales. Estas permiten a los estudiantes con ceguera y con visión reducida, estructurar imágenes mentales de un territorio mediante su tacto.
Como autora del libro “Imágenes que podemos tocar” (2011), postula que todas las personas tenemos el derecho al acceso igualitario a los recursos y conocimientos de la humanidad, y que una forma de facilitar ese acceso, es a través del desarrollo de materiales didácticos en donde la imagen se pueda tocar, lo que se denomina imagen táctil. Este principio la llevó a liderar un proyecto para adaptar y diseñar láminas táctiles en relieve, macrotipo y sistema braille, en el Parque Inés de Suárez de la comuna de Providencia, para que los visitantes con discapacidad visual puedan identificar 35 especies arbóreas y así “hicieran uso de su derecho a gozar de la naturaleza”.
Hoy, luego de una vasta trayectoria dedicada a la investigación y desarrollo de material didáctico para lograr la inclusión de estudiantes ciegos, cree firmemente que el tacto e imagen táctil deben relevarse en la sala de clases. “Actualmente, el aula es casi por completo audiovisual, el sonido y la imagen están muy presentes, sin embargo, los seres humanos también aprendemos mediante otros sentidos. De hecho, lo que se aprende con el tacto no se olvida jamás”, señala. En conversación con educarchile, en el marco del Seminario Internacional de Investigaciones sobre Arte y Educación organizado por la Universidad de Chile en la Semana de la Educación Artística 2019, ahondó en ese punto y entregó su visión al respecto.
- ¿Cuál es el valor del sentido del tacto en el proceso de enseñanza?
Hemos evaluado el material del CECAT en establecimientos de varios países con niños que presentan discapacidad visual y otros que no la tienen, y nos hemos dado cuenta que el tacto siempre atrae. Y que el movimiento, hace que el aprendizaje sea mucho más significativo, mucho más concreto. En ese sentido, la idea de trabajar con el tacto y con materiales que convoquen al estudiante a una actividad completa con todos sus sentidos, es mucho más efectivo.
- ¿Se refiere a implementar el aprendizaje multisensorial?
De hecho, creo que hay que volver a la multisensorialidad. En los colegios hay tanto teléfono, tanta pantalla, data show y computadores, pero a veces nos olvidamos del real sentido de la educación…que el niño sea feliz viviendo, sea feliz aprendiendo, y que de alguna manera convoque proporcionalmente todas sus capacidades. En ese sentido, creo que sumar el uso del tacto y el movimiento es muy útil para lograr aprendizajes con chicos que presentan déficit atencional, ya que necesitan más que estar sólo escuchando o viendo.
- ¿Qué impacto ha observado en los niños y jóvenes al usar material con imagen táctil?
Hay un impacto no sólo en los estudiantes ciegos. Si bien partimos realizando un trabajo netamente para personas ciegas, luego nos dimos cuenta que es un trabajo para todos. Por ejemplo, utilizando mapas en relieve donde los ríos fluyen directo al lago, se puede entender el poder de arrastre que tiene el agua. Eso los alumnos en general no lo saben, porque estudian en planos dibujados y desconocen los aspectos físicos que tiene un terreno. Con esta clase de material es posible tener una formación mucho más holística.
- ¿Qué recomendaciones le daría a un profesor para que logre una inclusión efectiva de sus estudiantes ciegos en el aula?
Hay que reconocer que los profesores lo tienen muy complejo, porque no basta con decirle a un docente que tiene que incluir al chico con baja visión, sino que hay que ver de qué manera y cuáles son las mejoras formas de poder hacer un trabajo mucho más completo para ellos, y en eso hay que involucrar a toda la comunidad escolar. Por otro lado, en el CECAT diseñamos material, pero además enseñamos a hacerlo y a usarlo, con la idea de que los docentes y padres puedan aprender e ir adaptándolo a su realidad, por lo que si alguien se interesa, puede acercarse a nosotros.