Día Internacional de la Educación: aprender para convivir

Conmemoraciones

Las y los docentes son clave para promover una convivencia respetuosa de las diferencias en la que se enseñe a las comunidades educativas a identificar discursos de odio. En el Día Internacional de la Educación, te invitamos a reflexionar al respecto y cómo, desde el aula, se puede tomar acción para que no se reproduzcan o avalen expresiones discriminatorias en contextos educativos.

Día Internacional de la Educación
Día Internacional de la Educación

El 24 de enero de 2019 la Unesco estableció el Día Internacional de la Educación. Este año, en su sexta edición, el lema es "aprender para una paz duradera", para crear consciencia global respecto de la proliferación de los discursos de odio, fenómeno que se ha acrecentado con el uso de las redes sociales. Y es que en un mundo en que sigue existiendo la discriminación, el racismo y la xenofobia la educación tiene un rol clave para transmitir valores, conocimientos y generar competencias que fortalezcan una convivencia en sociedad respetuosa de las diferencias.

Naciones Unidas señala que la expresión discurso de odio hace referencia a un discurso ofensivo dirigido a un grupo o individuo y que se basa en características inherentes (como son la raza, la religión o el género) y que puede poner en peligro la paz social.  

Para un mayor entendimiento sobre los discursos de odio, le preguntamos a Lionel Brossi, investigador adjunto del Núcleo Milenio IMHAY para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes, qué significa este término. “Es un tipo de forma de hablar y/o expresarse de forma antisocial (puede ser de manera escrita, por ejemplo, en entornos digitales), que busca fomentar la persecución contra personas debido a su raza, color, religión, grupo étnico o nacionalidad entre otros temas interseccionales. Además, existe una muy alta probabilidad de que este tipo de discurso cause daño”, explica, recordando el lamentable homicidio de Daniel Zamudio, caso que posteriormente inspiró la Ley 20.609 conocida como “Ley Zamudio” o “Ley Antidiscriminación”.  

Por su parte, Mary Luz Estupiñán, académica de la Facultad de Historia, Geografía y Letras de la UMCE, añade que este término fue acuñado en los años noventa por la filósofa feminista Judith Butler “para referir a los usos del lenguaje que, desde hace unas décadas, se proponen abonar y legitimar los crímenes de odio, esto es, crímenes ligados a la persecución de minorías, en especial raciales y sexuales”. 

De esta manera, el término discursos de odio tiene un ámbito de comprensión bien definido, por lo que no toda expresión injuriosa califica como tal. “No cualquier enunciación ofensiva o subida de tono debe ser asumida como discurso de odio, sino todo aquel discurso, expresión o práctica que se encamine a la deshumanización”, aclara Mary Luz Estupiñán.

Cómo reconocer el discurso de odio en el aula

Seguramente, te puedes estar preguntando si un discurso de odio es lo mismo que el acoso escolar. Para la académica de la UMCE, el acoso escolar es distinto al discurso de odio, ya que el primero puede tener móviles muy distintos a los de raza, sexualidad o procedencia, tales como frustración, rabia, entre otras causas.  

Entonces, ¿cómo se ve un discurso de odio en la sala de clases? En un aula los discursos de odio pueden adoptar varias formas, como comentarios que hieren, burlas asociadas a estereotipos, comentarios discriminatorios, entre otros, responde el investigador adjunto del Núcleo Milenio IMHAY.

Lionel Brossi, investigador adjunto del Núcleo Milenio IMHAY para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes
Lionel Brossi, investigador adjunto del Núcleo Milenio IMHAY para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes

Lionel Brossi apunta que, si bien el acoso también tiene que ver con un tipo de acción que produce daño, remite a comportamientos nocivos que se repiten en contra de un o una estudiante o un grupo de ellos, en entornos escolares. “Es así que el discurso de odio podría generarse en una sola instancia sin dejar de ser discurso de odio, en cambio el acoso, necesita de determinados comportamientos repetitivos y dañinos”, indica. 

Mary Luz Estupiñán, académica de la Facultad de Historia, Geografía y Letras de la UMCE
Mary Luz Estupiñán, académica de la Facultad de Historia, Geografía y Letras de la UMCE

Mary Luz Estupiñán menciona que estos se pueden manifestar a través de las comparaciones denigratorias como insultos para deslegitimar la opción sexual disidente, de las prácticas negacionistas como no reconocer el nombre social de las y los estudiantes trans, o la burla a poblaciones migrantes

Agentes para la convivencia escolar

En la Recomendación de la UNESCO sobre la Educación para la Paz, los Derechos Humanos y el Desarrollo Sostenible, se subraya que es necesario un compromiso activo con la paz. “El aprendizaje para la paz debe ser transformador y contribuir a dotar a las y los alumnos de los conocimientos, valores, actitudes, competencias y comportamientos necesarios para convertirse en agentes de paz en sus comunidades”, sostiene este organismo internacional.

En ese sentido, Lionel Brossi enfatiza que es relevante que las y los profesores estén alerta, para detectar de forma temprana discursos de odio y establecer y conocer los protocolos o canales de ayuda. En su opinión, “este es un asunto que no solo concierne a estudiantes y docentes, sino que toda la comunidad educativa debe estar empoderada para prevenir y/o hacer frente a situaciones de discursos de odio o de acoso escolar, involucrando a padres, madres y/o apoderados, así como al resto de la comunidad escolar”

Daniel Halpern, académico y director del Magíster en Comunicación Estratégica, de la Pontificia Universidad Católica
Daniel Halpern, académico y director del Magíster en Comunicación Estratégica, de la Pontificia Universidad Católica

Daniel Halpern, académico y director del Magíster en Comunicación Estratégica, de la Pontificia Universidad Católica sugiere prevenir mostrando las consecuencias que van teniendo las acciones que realizan las y los estudiantes, ya que “si la persona no es consciente del daño que genera, no se da cuenta del efecto negativo que consigue”. Como segunda medida, recomienda trabajar la empatía, enseñándola a las y los estudiantes cómo ven el mundo otras personas y los elementos comunes que hay entre las y los compañeros. Por último, sugiere generar una narrativa donde se pueda unir al grupo curso, creando una identidad: “por ejemplo, que en este curso no se molesta”.

Ahora bien, si ya ocurrió un evento de este tipo, para el académico es importante generar compromisos y dinámicas que lleven a un consenso sobre acuerdos para que no se repita la situación, reflexionando en conjunto.

Junto con todo lo anterior es fundamental promover valores como la solidaridad, el respeto por la diversidad, en definitiva, la educación para la ciudadanía, para que exista una comprensión acerca de cómo la diferencia cultural es la base del desarrollo de cualquier sociedad.

Si quieres informarte y conocer más al respecto, te recomendamos el sitio Convivencia para la Ciudadanía de la División de Educación General del Ministerio de Educación. En este encontrarás orientaciones, materiales, recursos pedagógicos y talleres formativos respecto de las temáticas de Convivencia Escolar; Participación y Formación Ciudadana; Afectividad, Sexualidad y Género, y Aprendizaje Integral (Educación Artística y Actividad Física).

Asimismo, te recomendamos el sitio Ciudadanía Digital del Centro de Innovación del Ministerio de Educación, que ofrece recursos para docentes, familias y estudiantes pensando en que gran parte del tiempo interactuamos en espacios digitales, como redes sociales, foros, videojuegos en línea, entre otros. 

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