El juego es parte fundamental en la vida de los seres humanos y está muy presente en la infancia y adolescencia. ¿Qué pasa cuando este se convierte en una herramienta para desarrollar aprendizajes? La respuesta la tiene el Colegio Bicentenario de Santa María, que gracias a esta innovadora forma de enseñar ingresaron este año a la Red de Escuelas Líderes.
El Colegio Bicentenario de Santa María es un establecimiento particular subvencionado que imparte educación parvularia, básica y media, con un índice de vulnerabilidad de 91%. Ubicado en la comuna de El Monte, en la Región Metropolitana, se destaca por acercar el aprendizaje a sus estudiantes por medio del juego, gracias al proyecto “Juguemos a aprender, avanzar y cuidarnos”, mediante el cual fueron seleccionados para ser parte de la Red de Escuelas Líderes.
Para lograr el objetivo del proyecto implementaron la Ludoteca Escolar, espacio donde se generan experiencias exitosas que demuestran cómo el juego puede ser una poderosa herramienta para la adquisición de habilidades y conocimientos, además de fomentar la creatividad, el pensamiento crítico, las habilidades sociales, emocionales y motoras, e incluso favorecer el bienestar emocional y el autocuidado entre niñas y niños.
Con relación a la iniciativa la directora del Colegio Bicentenario de Santa María, Marcela Álvarez, menciona que “con la llegada de la pandemia vimos la oportunidad de motivar el aprendizaje de las y los estudiantes a través del juego y fortalecer sus habilidades socioemocionales”. Posteriormente, se intencionó la Ludoteca que tenía el establecimiento, ya que observaron que el juego cruzaba todas las áreas de gestión, desde la sala de clase, apoderados y funcionarios, siendo un espacio para el aprendizaje y el encuentro.
Elizabeth Urbina, profesora de Lenguaje de 3° básico, plantea que el aprender jugando ha sido una metodología que les permitió abordar una de las problemáticas que fue común en muchas escuelas de nuestro país. “Este proyecto nos ha ayudado desarrollar la solución de conflictos que se producían entre estudiantes, lo que se generó por la desregulación emocional producida por la pandemia. Por medio del juego han aprendido a conversar y también a motivarse en las distintas asignaturas”.
La Ludoteca busca entregar a sus estudiantes habilidades y aptitudes para la vida, enfatiza Estefanía Rojas, encargada de la Ludoteca Escolar. Es decir, no solo es un método de aprendizaje, sino también una oportunidad para mejorar el área socioemocional.
Al respecto, Estefanía señala que “hemos visto un gran avance en la convivencia y sociabilización. El juego se ha convertido en un mediador para desarrollar estas y otras habilidades, las que observamos en los talleres de ludoteca y en la conducta en el aula. Además, como trabajamos las funciones cognitivas como la atención y la memoria, también hemos visto progresos en cómo niñas y niños desarrollan estas habilidades a través de guías educativas donde se reflejan estos avances”.
Asimismo, la profesional resalta que es muy significativo cuando las y los estudiantes realizan un trabajo difícil para su nivel y perseveran. “Están cambiando el paradigma, no lo ven como algo negativo, sino como un desafío”.
Joel Dumas, estudiante de 3° básico, dice que “la Ludoteca me abrió los cinco sentidos, ahora aprendo más rápido y jugando, es lo que más me gusta, ya que mis habilidades aumentan. En un futuro yo me imagino la escuela mejor que ahora. Las niñas y niños serían más sociales, sus sentidos serían más agudos. Todo sería mejor”. Junto a él, su compañero Ricardo Carvajal, también tiene su propia visión: “la Ludoteca es como estudiar, pero con diversión. Además, me enseña la empatía, y como tranquilizar mis emociones. Yo creo que si la Ludoteca sigue todo estaría mejor, porque las niñas y niños aprenderían mucho más y se divertirían”, concluye.
En un futuro me imagino un colegio más divertido, sano y feliz, donde todo pueda girar en torno al juego, lo que sin duda nos haría sentir mejor a todas/os. También impulsar un mayor trabajo en equipo, colaboración e involucramiento en este proyecto que es común para toda nuestra comunidad.
En mi curso, 3° básico, han aumentado considerablemente habilidades como la reflexión, el análisis, el pensamiento crítico, que se desarrollan en los talleres de Ludoteca. Esto se evidencia en los resultados de las evaluaciones, hay un gran cambio en comparación con el inicio versus el fin de año.
El aprender jugando tiene que ver con que la o el estudiante sea activo en su aprendizaje. Desde ese punto de vista, ver a estudiantes mucho más creativos, reflexivos, participando en sus procesos de aprendizaje con sus propias habilidades, quiere decir que están llevando a cabo el “aprender a aprender”, activar por sí mismos sus conocimientos.